¿Cómo saber qué tipo de empresa te conviene constituir?

Como emprendedor que tiene una gran idea en mente, o que ya inició sus operaciones, probablemente sueñas con formalizar tu negocio y hacerlo crecer, que se convierta en una compañía próspera que pueda, incluso, servir de fuente de empleo para otros. ¡Ese es el ideal! 

Sin embargo, hay algunos pasos previos que son muy importantes: conocer el tipo de empresa que más se adapta a tus necesidades y posibilidades de negocio es uno de ellos.

El tipo de empresa determina responsabilidades que tendrás que cumplir ante el Estado y la sociedad. También debes considerar que la información relacionada al tipo de empresa te permitirá seleccionar la clasificación que se alinea con tu condición económica y la de tus socios.

En este artículo conocerás los tres tipos de empresas más comunes en Chile: 

  1. Empresa Individual de Responsabilidad Limitada (E.I.R.L). 
  2. Sociedad de Responsabilidad Limitada (S.R.L.). 
  3. Sociedad por Acciones (SpA). 

Pero antes de profundizar en cada una, veamos cómo está el panorama actual en Chile con respecto a la constitución según tipo de empresa. 

Constitución de empresas según tipo: Cifras en Chile 

El Informe mensual de constitución de empresas y sociedades, desarrollado por el Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, indica que “durante el mes de marzo de 2021 se constituyeron por el Registro de Empresas y Sociedades un total de 15.994 sociedades. El 68,0 % (10.871) fueron SpA, un 20,7 % (3.314) correspondieron a E.I.R.L. y el 11,3 % (1.801) fueron S.R.L.”. 

Además, ratifica el crecimiento que han tenido durante el último periodo: “El tipo de sociedad SpA presentó un aumento interanual de 130,3 %, las SRL se incrementaron en 113,6 % y las EIRL en 104,1 %”. 

Ahora que ya conoces el contexto actual con respecto a la constitución según su tipo, veamos cuál es la que más se adapta a tu emprendimiento. 

Tipos de empresas en Chile 

Una vez que decidas constituir tu empresa, es muy importante que manejes la información legal acerca de las responsabilidades que implica. Estos son los tres tipos más comunes:

  1. Empresa Individual de Responsabilidad Limitada (E.I.R.L.) 

Este tipo de empresa está constituida por una sola persona y es ideal para aquellos negocios en los que el propietario no tiene pensado incorporar a nuevos socios en el futuro. 

Como una de sus principales ventajas, la responsabilidad del dueño se limita solo al monto del capital declarado en la constitución de la empresa.

Básicamente, permite que una misma persona pueda actuar bajo dos personalidades, cada una con un RUT diferente, por lo que el patrimonio de la E.I.R.L. es distinta a la de su dueño.

Si bien el titular de este tipo de empresas siempre es una persona natural, la E.I.R.L. en sí es siempre comercial. 

Estas organizaciones pueden ejecutar operaciones civiles y comerciales, con excepción de aquellas que son exclusivas para las sociedades anónimas, tales como bancos o compañías de seguro.

  1. Sociedad de Responsabilidad Limitada (S.R.L.) 

En la web de Registro de Empresas y Sociedades especifican que una S.R.L. “es una persona jurídica o empresa formada por un mínimo de dos y un máximo de cincuenta socios, quienes limitan su responsabilidad al monto aportado como capital. Los socios pueden ser personas naturales o jurídicas”. 

Este tipo de empresas es administrada por todos los socios y las decisiones deben ser tomadas de forma unánime o por un representante legal que hayan escogido todos previamente. Además, los socios no pueden vender su parte sin el consentimiento de todos los demás.

En las empresas de tipo S.R.L. es posible agregar a nuevos socios en el futuro, siempre y cuando todos los socios existentes lo aprueben.

Por último, estas organizaciones pueden tener múltiples giros, lo cual les permite operar en diferentes actividades económicas (a diferencia de las E.I.R.L., que puede tener solo un objeto). 

  1. Sociedad por Acciones (SpA)

Las organizaciones representadas como SpA pueden estar compuestas por una o varias personas, naturales o jurídicas, y su participación en el capital viene dada por el tipo de acciones que poseen.

La ventaja de estas empresas es que pueden incorporar a nuevos accionistas en un futuro; por lo que si tienes planes de ampliar tu negocio, esta es una muy buena alternativa. 

Además, bajo esta modalidad es posible cambiar de forma fácil algunos estatutos posteriormente. En el caso de que el número de socios crezca considerablemente, deberá pasar a ser una Sociedad Anónima. 

Habiendo visto los detalles más resaltantes de cada uno de estos tipos de empresa, ¿cuál es el que se adapta más a las posibilidades de tu emprendimiento? 

¡Recuerda! Si todavía no lo tienes claro, no dudes en buscar asesoría de expertos para que te orienten y, así, minimizar los errores durante el proceso. 

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